viernes, 28 de febrero de 2014

ARMOUR

Que te proteja de la vergüenza, de los días malos, de la timidez. Al igual que te protege, te oculta. Te oculta de lo que te rodea, tanto de lo bueno como de lo malo. Te oculta lo demás, te oculta a ti. Es fácil tener armadura, tan fácil como sonreír. Pero ¿de qué sirve? De nada, sinceramente. Con una armadura no puedes tomar el sol de los días buenos, ni sentir la lluvia de los días malos. Sí, está bien no estar bien, y sonreír para no tener que contar por qué estás mal, pero ¿de qué sirve? De nada, otra vez. Es mucho mejor ir sin ella, contarlo todo, no callarte nada, protegerte tú solo, no ocultarte de nada.


jueves, 13 de febrero de 2014